viernes, 25 de enero de 2008

DESPEDIDA DE VALENTINO

El italiano de tez morena y aspecto impecable, que no recuerda haber visto a su padre vestido con otra cosa que traje y corbata y que se vanagloriaba de no haber diseñado nunca nada vulgar, siempre fue un ejemplo de conducta.¡Qué despedida! Al final del último desfile de la grandiosa carrera de Valentino Garavani en París, toda la sala estaba de pie y lo ovacionó durante largos minutos.Algunas modelos lloraban. Pero él mismo, el modisto de Hollywood y de la nobleza europea, mantuvo la calma y saludó amablemente al público.Y lógicamente siempre fue un símbolo de la alta costura. Con su despedida, 48 años después de abrir en Roma su primer taller de costura, se termina una época.

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