a oferta que nos ofrece Boadas es extensa: cócteles míticos como el dry martini, exóticos como el daiquiri o propios como el Boadas (una mezcla de curaçao, bubonnet y ron blanco creado con motivo de la inauguración del local) son tentaciones contínuas por las que dejarse llevar.
Nadie está a salvo de la voraz transformación inmobiliaria y comercial de la Rambla y su entorno. Ni siquiera la histórica coctelería Boadas, uno de los símbolos de la zona y de la ciudad, cuyo futuro está en peligro ante el interés del propietario del edificio en venderlo.
El ayuntamiento no ha dudado en interceder para tratar de preservar la continuidad del famoso local.

quedarse el espacio del bar.
EN DEFENSA DEL BOADAS
Si ya existía la presión ambiental en forma de turistas desaforados, ahora, el peligro immobiliario se cierne sobre el local y sobre su "cultura del sabor". Con la hipotética desaparición del Boadas Cocktails desaparecería también una determinada Barcelona que cada día se globaliza más, perdiendo, a cada momento, partes de su esencia, de su idiosincrasia, para dar paso a negocios sin alma, sin raíces.
Es por ello que debe hacerse todo lo posible para que el local de la calle de Tallers mantenga su rumbo. Con acciones institucionales o con movilizaciones ciudadanas. No por el hecho de defender un bar, sino por dignidad barcelonesa, para no perder nuestros orígenes.Si ya existía la presión ambiental en forma de turistas desaforados, ahora, el peligro immobiliario se cierne sobre el local y sobre su "cultura del sabor". Con la hipotética desaparición del Boadas Cocktails desaparecería también una determinada Barcelona que cada día se globaliza más, perdiendo, a cada momento, partes de su esencia, de su idiosincrasia, para dar paso a negocios sin alma, sin raíces.
Es por ello que debe hacerse todo lo posible para que el local de la calle de Tallers mantenga su rumbo. Con acciones institucionales o con movilizaciones ciudadanas. No por el hecho de defender un bar, sino por dignidad barcelonesa, para no perder nuestros orígenes.Si ya existía la presión ambiental en forma de turistas desaforados, ahora, el peligro immobiliario se cierne sobre el local y sobre su "cultura del sabor". Con la hipotética desaparición del Boadas Cocktails desaparecería también una determinada Barcelona que cada día se globaliza más, perdiendo, a cada momento, partes de su esencia, de su idiosincrasia, para dar paso a negocios sin alma, sin raíces.
Es por ello que debe hacerse todo lo posible para que el local de la calle de Tallers mantenga su rumbo. Con acciones institucionales o con movilizaciones ciudadanas. No por el hecho de defender un bar, sino por dignidad barcelonesa, para no perder nuestros orígenes.
Parte editorial el Periódico 24/02/08

SUMA Y SIGUE
La propiedad dice que no pretende echar al Boadas.
Los dueños afirman que el ayuntamiento no ha contactado con ellos en la mediación.
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