lunes, 3 de marzo de 2008

EL FESTIVAL DEL DESIERTO

Cada año, con la luna llena de febrero, músicos, bailarines y encantadores de serpientes se dan cita en las tranquilas dunas de Jaisalmer, en el corazón del gran desierto indio del Thar.La colorida caravana de artistas llega atraída por el Festival del Desierto, que durante tres días llena de bullicio los alrededores de esta ciudad de unos 60.000 habitantes del estado de Rajastán.Creado en 1979 para seducir a los turistas y preservar el folclore de esta inhóspita región, el festival hace olvidar por unos días las temperaturas extremas y las duras condiciones de vida del desierto.Dos días antes de la luna llena, músicos y danzarines toman las estrechas calles de la ciudad para desembocar en una explanada de arena a los pies de las murallas. Allí, bajo el fuerte sol, los artistas exhiben los conocimientos heredados de sus antepasados.Los teatros con marionetas, bailes y música tradicional se alternan con actos menos ancestrales, como el concurso que premia el mostacho más largo o el del camello mejor engalanado.Los jinetes del desierto hacen carreras para enseñar su habilidad a lomos de estos animales, mientras mujeres de las aldeas vecinas se ganan unas rupias haciendo tatuajes tribales de henna (alheña) a los extranjeros."Las más aplaudidas son las danzas de las gitanas del desierto, las Kalbeliya", asegura Om Prakash, dueño de uno de los muchos restaurantes de comida occidental que proliferan en Jaisalmer al calor del creciente turismo.El público queda hipnotizado con los sinuosos bailes de las danzarinas, que imitan los movimientos de la cobra a un ritmo frenético.Los hombres Kalbeliya "son grandes encantadores de serpientes. Pero la caza de serpientes con fines lucrativos está prohibida, así que en los festivales se limitan a interpretar las canciones con las que antes hacían bailar a las cobras".

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