Levanta pasiones y también las más airadas criticas. La Festa del Ruc del Pallars Sobirá, el año pasado congrego a más de 400 comensales.
Comerse el burro.
En principio, todas las proteínas son buenas. Sobre cuáles pueden pasar a la cazuela existen numerosos criterios basados en religiones, costumbres y el sentido común. Algunos hacen ascos del cerdo mientras comen sabrosos saltamontes fritos. Otros niegan la calidad de las gambas o de los calamares. Todos tenemos la buena práctica de no comer animales enfermos. El burro se ha escapado de la olla por ser animal doméstico. Pero en Castilla se hacía cecina de burro. Cuando un animal llega a un determinado número de ejemplares, los humanos tenemos el atavismo de verlos como entrecotes. Los de burro han de ser muy parecidos a los de potro. Lo malo del burro es que se ha convertido en símbolo patriótico. Claro que en Francia también se comen el gallo.
Miguel Sen, para el Periódico
Símbolos
El burro fue elegido para las pegatinas por tratarse de un animal en peligro de extinción, al parecer solo quedaban un burro macho y treinta burras y se hicieron las pegatinas para recaudar dinero para su recuperación.
Así que aparentemente todo se inicia como movimiento apolítico, pero los partidos nacionalistas lo empezaron a divulgar como símbolo catalán entre sus militantes para
diferenciarlo del toro español.
Diseñado por un grupo de amigos para promocionar la cultura vasca, para ello crearon el dibujo a partir de la oveja latxa.
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