
La prensa ya ha admitido los efectos nocivos de esa distorsión
Lejos de constituir una anécdota, la práctica de trucar digitalmente (o lo que es lo mismo, con Photoshop) las imágenes de las estrellas viene siendo habitual. Especialmente en las páginas de papel cuché que erradican artificialmente cualquier atisbo de arruga o michelín de los físicos que las protagonizan. Y que no afecta sólo a los famosos: también sucumbió el presidente francés Nicolas Sarkozy. La revista Paris-Match, cuyo propietario, Arnaud Lagardère, es amigo, le eliminó un michelín de su cintura. Era el pasado verano y había que lucir palmito.
Esa táctica tan extendida podría tener los días contados en el Reino Unido si un conjunto de revistas que integra la Asociación de Publicaciones Periódicas -entre las que se encuentran Vogue y la edición inglesa de ¡Hola!- accede a imponer el veto solicitado desde el sector sanitario y el propio Consejo Británico de la Moda.
Fuente, elpais.com. Patricia Tubella - Londres - 03/04/2008
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