sábado, 19 de abril de 2008

¿A QUIEN MOLESTA EL PASTÌS?

La Paloma, el Boadas o el London podrían ser los locales más añejos y característicos de la ciudad, aquellos que el tiempo y la fidelidad de su clientela han convertido en organismo endémico de Barcelona. Sin embargo, lo que tienen en común es haber sufrido en los últimos años una política municipal que en vez de proteger este patrimonio prefiere sancionar negocios que llevan toda la vida en el mismo sitio, dejándoles a veces en manos del mercado.Lluís Permanyer dijo en una ocasión que Barcelona es una ciudad de nuevos ricos, a los que les disgusta lo antiguo y cada cierto tiempo quieren cambiarlo todo. Ahora le ha tocado el turno al Pastis, un histórico de la noche barcelonesa que, según parece, molesta a los vecinos. La paradoja es que los supuestos perjudicados son turistas que alquilan temporalmente los apartamentos que hay sobre el local, cuyos actuales inquilinos afirman no saber nada del asunto.Lo curioso es que la decisión final sobre este asunto podría llegar antes que la respuesta a la instancia que todos los vecinos de la calle Santa Mònica enviaron al consistorio para protestar por la cantidad de orines que cada fin de semana cubren sus aceras. Cuestión de prioridades.
Fuente, http://www.elpais.com

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