domingo, 6 de julio de 2008

EL PAPIRO DE SAQQARA

El poder sobre al vida y la muerte es atributo exclusivo de los Dioses, más de una vez cuando el hombre olvida su limitada naturaleza y, en un rapto de vanidad, osa ambicionar la inmortalidad, desafiando todo designio divino. Esta tentación tan humana –tema clásico de la literatura y la mitología– cobra especial intensidad en el antiguo Egipto, un mundo enigmático y remoto que Pauline Gedge nos acerca con su habitual maestría y sutileza.La autora de La Dama del Nilo recrea aquí la vida del príncipe Khaemuast, cuarto hijo de Ramsés II y virtual gobernante del vasto imperio faraónico.
Para Khaemuast, hombre sabio y austero, el control de la administración y la vida cortesana no son sino arduas obligaciones a las que se ve arrastrado por causa de la incompetencia de su augusto padre , más interesado por la pompa y el boato que en el difícil ejercicio del poder. Por el contrario, la verdadera pasión del príncipe es la historia, la magia y la medicina, y el motivo oculto de sus desvelos es hallar el mítico Pergamino de Thot, para los antiguos egipcios

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