jueves, 18 de septiembre de 2008

LA NOCHE BLANCA DE MADRID

El templo de la palabra fue anoche accidentado santuario de la escucha. Miles de personas se congregaron frente a la escalinata del Parlamento, (una de ellas era yo, que me senté en el parque del frente y estuve casi una hora esperando que empezara el concierto) en la carrera de San Jerónimo, actuaba la Orquesta Nacional de Jazz bajo la batuta de Ramón Farrán, con Antonio Canales y luego la trompeta de Jerry González. Buenas intenciones, pero malos resultados acústicos, al poco de empezar, me marche, pues el sonido era fatal y de donde estaba solo se podía ver una pequeña parte del escenario.La tercera edición de la velada blanca de Madrid, dispuesta a empalmar con el día, se llenaba de espectáculos callejeros, luces, proyecciones sobre fachadas, esculturas sonoras y olfativas, performances, acróbatas y ¡hasta funambulistas! La noche, en la que el Ayuntamiento se gasta 1,5 millones de euros, prometía diversión y mucha gente.Los madrileños y foráneos invadieron las calles de la capital cortadas al tráfico. Eso puedo confirmarlo pues en todas partes había gran cantidad de gentes frente a Instituto Cervantes y Bellas Artes, todo la Gran Vía y también larguisimas colas, tanto en el Banco de España como en el Museo Thisen, sitios donde pase.El resultado es el mismo en todas partes, cuando en de balde/gratis todo se llena y resulta imposible disfrutar de la música o de los espectáculos.
Lo mismo que pasara en las próximas “Festes de la Mercè”.

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