Con 12 metros de altura, la ola a la que se enfrentó Brown en Australia no fue de las más grandes del año, pero sí la más difícil de cabalgar por su imprevisible comportamiento.
"Fue como si hubiera tres olas dentro de una sola", señaló el fotógrafo Andrew Buckley. "Era verdaderamente malvada --apuntó Brown--. Jamás había visto algo así. Fue un milagro salir vivo".Fuente, el Periódico
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