Poco antes de las nueve y veinte de la noche del pasado miércoles, la coctelería barcelonesa Dry Martini servía la copa un millón de este celebérrimo brebaje. A lo largo de 32 años han sido contabilizados, primero de forma manual, por Pedro Carbonell y luego, de forma digital por Javier de las Muelas. Este último adquirió el local de su maestro cuando la jubilación de éste amenazaba con el fin de un establecimiento, entonces mítico y hoy referencia de la coctelería mundial y uno de los símbolos de la Ciudad Condal.
Algunos de este millon ne los tome,
un verdadero placer.
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