lunes, 18 de octubre de 2010

CASA BARON, SKANE, SUECIA

Se accede a la casa a través de un sendero de piedras enmarcado por hileras de limoneros. 
Las contraventanas exteriores construidas con la tradicional madera teñida de oscuro -que cubren los amplios cuando la casa queda deshabitada- devienen significativos signos de puntuación sobre los elementales volúmenes blancos de la casa. Se entra al patio y a unas vistas que se dirigen, a través de la arquitectura, hacia el paisaje en todas las direcciones. Como el camino el patio esta solado con piedras de diverso tamaño –desde guijarros de playa en los bordes hasta piedras redondas y losas de granito-.
En contrapunto el único árbol (corneja) como elemento aislado del paisaje, destaca la dualidad de un patio que, aunque volcado al interior, enmarca unas espectaculares vistas.


Las principales zonas de estar, situadas en la ala norte, se articulan mediante una serie de planos de marcado carácter vertical y pronunciada inclinación. Amplias ventanas con ocultos marcos de aluminio, enmarcan vistas del exterior claramente definidas que devienen parte de la propia textura del interior. Una chimenea abierta, compartida mantiene una conexión visual directa entre la zona de estar y la cocina.
Desde ciertas perspectivas,
la combinación de huecos hace que resulte
difícil percibir la costura entre los territorios interiores y exteriores. 
Al otro lado de la cocina hay un amplio espacio de estudio,
así como un trastero y un ropero, que ocupan lo que queda de esta parte de la casa destinada al uso común.   La zona de dormitorio –con dos dormitorios grandes y dos algo mas pequeños, cada uno con su propio cuarto de baño- se actúa en la ala sur, e incorpora pantallas para tamizar la luz y proteger de las vistas. En todas ellos persisten los motivos especiales del resto la casa –suelos de hormigón vertido, vanos acristalados enmarcado el paisaje, muros blancos enlucidos que articulan una geometría de planos La cocina y la zona del comedor se proyectan como corazón. Desde la monumental encimera –un elemento aislado en roble ahumado que se despliega a lo ancho del espacio y ocupa seis metros- las perspectivas visuales ligan el patio, el espacio interior el paisaje circundante, y detalles llevados al mínimo.

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