El pasado domingo, uno de los agujeros detectados sobre la superficie del Sol dejó escapar la llamarada solar más potente del actual ciclo en el que se encuentra el astro rey. La explosión de radiación cruzó el espectro electromagnético desde las ondas de radio a los rayos X y rayos gamma, algo intensísimo que, si se produjera más cerca, podría freír la Tierra en un instante. Los efectos de este fenómeno generado a 150 millones de kilómetros de distancia se notarán en nuestro planeta, pero, por fortuna, de una forma inocua. Los expertos creen que este martes podrían producirse auroras en altas latitudes, como en los polos. Leer +...
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