Maya, artista puro, alumno privilegiado y heredero de la escuela de Antonio López, se recrea en el día a día para pintar todo aquello que le rodea.
En sus obras abundan las referencias a la naturaleza, el agua, las flores, la fruta verde que se madura mientas avanza el cuadro, los animales, los paisajes y los espacios abiertos… aunque también a veces incorpora la figura humana a la que representa en actitud sedente o contemplativa.
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