Los vigilantes del océano
Históricos, modernos, con rayas y sin ellas, compactos, estilizados y levantados en la costa, en una isla o en mar abierto. Algunos están gafados y otros se han convertido en románticos alojamientos. De Finlandia a Nueva Zelanda, y de Estados Unidos a India, ruta por 10 faros que deslumbrarán a cualquier viajero, como el de Slangkop (en la imagen), en el Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica).
La saga Eddystone
El tercer faro de Eddystone (los dos anteriores fueron destruidos por un huracán y un incendio, respectivamente) se construyó en piedra y se inauguró en 1759. Pero la roca sobre la que se alzaba era inestable y se desmanteló 120 años después. Hoy se puede visitar en su nueva ubicación, en Plymouth (Inglaterra).
Entre tormentas y olas oceánicas
Quien quiera pasar una romántica noche en el faro de la isla de Hailuoto (Finlandia) tiene que darse prisa: la recuperación continental (tierra que resurge tras estar comprimida por el peso de los glaciares en la edad del hielo) unirá pronto la ínsula al continente.
El abuelo de los faros (en activo)
Está en el Cabo de Hook (Irlanda) y sus orígenes se remontan al siglo V, cuando los monjes prendían una almenara. Se dice que los primeros invasores vikingos, encantados de contar con una luz que los guiara, los dejaron tranquilos.
Luz contra naufragios
Posiblemente, no exista mejor ubicación para un faro que una bahía llamada Disaster (Desastre). El de Green Cape, en Nueva Gales del Sur (Australia), ha sido testigo de muchos naufragios, como el del vapor Ly-ee Moon, que encalló en 1886.
Fuente+infor
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