La colonia de caracoles de Sant Antoni.
Decenas de moluscos pueblan la fachada de dos edificios modernistas que se erigen en la confluencia de las calles Entença y Tamarit.
Una entrada del edificio de los caracoles de la calle Tamari.
Un panel de la fachada de los número 89 y 91 de la calle Tamarit muestra a unos recolectores de caracoles.
Los edificios número 89 y 91 de la calle Tamarit en su confluencia con Entença sufren desde hace más de un siglo una curiosa plaga. Ambas fincas del barrio de Sant Antoni están permanentemente invadidas por una agresiva colonia de caracoles gigantes. Por fortuna no están vivos, sino que se mantienen inmóviles, petrificados, bajo los balcones, en los esgrafiados, en las puertas, en las rejas de hierro forjado y hasta en los soportes de las poleas que se utilizan en las mudanzas. Leer más
Siempre que puedo los como, me gustan de todas maneras.
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