Marchando una de erizos
Con las mareas de invierno se alcanza el mejor momento para disfrutar de un marisco de aspecto complicado: el erizo. Un ingrediente exquisito, tanto crudo como cocinado.
Cada país tiene unas coordenadas clarísimas de lo que es sabroso o no. Los coreanos no dudarían en zamparse un cachorro de perro, algo que nos horroriza. Pero aquí guisamos los conejos de Alicia en el país de las maravillas, algo impensable en Estados Unidos. Sabiendo que mientras salteamos unas gambas nos miran de reojo los súbditos de la señora Merkel, sería bueno buscar la cita exacta de Chateaubriand en sus Memorias de ultratumba, en las que asegura que es más fácil cambiar de religión que de paladar.Fuente+infor
Tendré que animar a Juanjo para una salida a Llafrach para degustarlos.
Intento hacer régimen y solo pienso en comer.
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