sábado, 6 de junio de 2015

TIERRA DE CAMPOS

Canta un triguero, un pájaro que en el nombre lleva su paisaje. El sol empieza a calentar; la atmósfera se mueve y una fuerte brisa sacude las espigas. La monotonía es la nota fundamental. Pero entre los trigales, el bosque de las perdices, que dijera Ramón Gómez de la Serna, rebullen múltiples presencias. Ajean, claro, las perdices rojas; cantan desde el aire algunas alondras; en tierra, quizá sobre un majano, silba una cogujada común. Y, por todas partes, rechinan las voces estridentes de los trigueros. Fuente+infor
Es placer escuchar sus grabaciones.

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