Los independentistas suelen señalar que ellos hacen política frente a una actitud autoritaria del gobierno. Y así es. Política, diálogo, negociación, pacto, acuerdo, frente a imposición.
Dos noticias comparadas de hoy muestran el daño que esta cerrazón
autoritaria está causando. Solo puede defenderse mediante la dictadura
del 155, que ya ha arrasado los últimos retazos de Estado de derecho y
división de poderes. El Confidencial dice que el gobierno se planteará mantener el 155 si hay un presidente imputado, es decir, proseguirá con la dictadura. El País, matiza que el gobierno deja al Supremo la iniciativa para evitar la investidura de Sánchez.
Desvergonzadamente claro: el Tribunal Supremo es el cuarto de banderas
del gobierno. El gobierno confía en que el juez Llarena prohibirá que
Sánchez sea investido. ¿Por qué motivo? Eso es cosa del juez, mire
usted, que España es un Estado de derecho. Y si un fiscal puede
"afinar", un juez hará biselado.
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