domingo, 11 de marzo de 2018

El pueblo y los jueces


Cierta la crítica, con un matiz: el juez no es más importante; tiene más poder; o sea, más fuerza; la fuerza armada. Justo, ese es el nudo de la cuestión porque pone de relieve los dos distintos sentidos de la justicia que manejan las dos partes en este conflicto. Para el nacionalismo español se trata de un conflicto jurídico que oculta otro político; para el independentismo catalán, de un conflicto político que oculta otro jurídico. 
Habiendo derivado el gobierno la cuestión a los jueces se encuentra que estos, apreciando el factor político, le supeditan sus actos que, claro, ya no son de justicia. La razón es muy sencilla: la justicia se administra en nombre de la nación española (o del Rey, que es su símbolo). Por tanto, todo lo que atente contra aquella queda al margen de la justicia por razón de Estado. Privar a Sánchez del derecho de sufragio pasivo e interferir en las decisiones del Parlament no entran en las atribuciones del juez Llarena. Pero eso da igual porque él atiende ahora no a la justicia sino a la razón de Estado. Como se prueba por el hecho de que ni siquiera se preocupe por redactar unos autos con un mínimo nivel de elaboración jurídica. 
Fuente

No hay comentarios: