Ayer salía el atildado y manicurado petimetre que ejerce de portavoz de
la banda de mangantes a soltar las habituales mentiras tras el consejo
de ministros presidido por Emepuntorajoy (a) Sobresueldos. Entre
las trolas y necedades de rigor, habló del gran respeto del gobierno por
nuestros mayores y jubilados, cosa que demuestra robándoles hasta los
gayumbos. Y no solamente robándoles, sino despreciándolos, como se
demostró cuando, preguntado por cómo pensaba el gobierno cumplir
concretamente su promesa de alzar las pensiones más bajas demostró no tener ni idea porque no sabe siquiera qué cálculo va a hacerse -si va a hacerse alguno- con el IPC. Es
un desprecio porque el cursi regordete y sus compinches no tienen la
menor voluntad de cumplir la promesa. Los pensionistas les dan igual
igual e incluso menos que igual. Lo único que quieren son sus votos y,
de no ser por estos, cuanto antes se mueran, mejor.
Tienen por los jubilados el mismo respeto que por los jóvenes, los
parados, los dependientes, las mujeres, los inmigrantes, los pobres, los
trabajadores. Ninguno. Para ellos solo son seres humanos ellos mismos y
sus amigos. Los demás, materia explotable y despreciable y, por
supuesto, apaleable. Precisamente por eso acaban se subir el sueldo a
los policías y guardias civiles que lanzan contra la población pacífica
como matarifes. Para usarlos como arietes en protección de un hatajo de
sinvergüenzas y corruptos. Y los matarifes se emplean a fondo en defensa
de sus pagas
Hasta alguien con tan obvias carencias psíquicas, intelectuales y de educación como el Sobresueldos se
cree listo y por encima de la media del país. Del resto de la cuadrilla
del gobierno y el partido mejor es no hablar. Casos como Fátima Báñez,
Rafael Catalá o María Dolores Cospedal desafían todo intento de
comprensión en las escalas morales e intelectivas básicas. Fuente
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