...Resuélvanlo ya. Y si son incapaces, tiren la toalla y hagan presidenta a la tal Arrimadas...
La distancia es una lupa que otorga un plus de claridad a las situaciones convulsas.
Al menos, respecto a la cuestión catalana, cuya acumulación de razones políticas, pulsiones emocionales y contingencias adversas crea una nebulosa que dificulta la observación del detalle. Pero cuando la mirada se proyecta a miles de quilómetros, los detalles aparecen en toda su dimensión, especialmente cuando no se revisten de grandeza.
Y no, no hay mucha grandeza en los acontecimientos de los
últimos días. Si visto de cerca el panorama ya parecía un sketch del
Polònia, ahora que estoy al otro lado del Atlántico, tengo la impresión
de que la situación ha derivado hacia el esperpento. Por supuesto, se
pueden entender los factores que interactúan en este festival de
despropósitos, y cada vector tiene sus razones y explicaciones. Pero la
ciudadanía no tiene por qué conocer los susurros que nos silban a la
oreja de los connaisseurs, ni pide explicaciones alambicadas... Fuente
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