martes, 8 de mayo de 2018

Se baja el telón

Un turista venido de lejos suele pensar que italianos y españoles son casi lo mismo. Los de aquí sabemos que ese parecido se advierte sólo cuando se nos compara con los groenlandeses o los zapotecas, porque vistos de cerca somos muy distintos. Sin embargo, una frase del italiano Primo Levi bien podría aplicarse a la España de hoy: “Algunos se sienten avergonzados de ser italianos. 
El ­hecho es que tenemos buenas razones para sentirnos avergonzados, la primera de las cuales es no haber sido capaces de generar una clase política que nos represente y, por el contrario, haber tolerado (…) una que no nos representa”.
Para un observador atento, nuestra vida política ha terminado por convertirse en una representación teatral: los actores siguen un guion a menudo improvisado, plagado de golpes de efecto y de giros inesperados; en la obra no importan tanto los hechos como el partido que se pueda sacar de ellos, y las desgracias sólo se admiten y se lamentan cuando es posible echar la culpa de ellas al otro.
La representación sigue su curso, pero uno piensa a veces que terminará como aquella obra que escribió Wagner en su juventud, en cuyo último acto, fallecidos todos los personajes, sólo aparecían sus...
Totalmente de acuerdo, nuestros políticos solo les preocupa el poder o llegar a el y todo lo demás es secundario. C.Farrés

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