De Altsasu a Catalunya: el precedente se convierte en amenaza.
Fue una pelea de bar a altas horas de la madrugada que acabó con un
tobillo roto y un pequeño corte en el labio a dos guardias civiles fuera
de servicio. Pero a ocho jóvenes del pueblo navarro de
Altsasu les ha costado
76 años de prisión y 100.000 euros de indemnización.
Tres de ellos -Adur, Jokin y Oihan- ya hace 580 días que viven entre
rejas; cuatro más -Jon Ander, Aratz, Iñaki y Julen-- hace once días. La
Fiscalía ya ha recurrido para que, además, sean condenados por delito de
terrorismo.
Para imponer estas penas tan altas, la Audiencia Nacional ha
recurrido al agravante de odio (hacia la Guardia Civil), aunque esta
misma semana un juez de
La Seu d'Urgell ha descartado
un posible delito de odio de ocho maestros porque el cuerpo policial no
es un colectivo "discriminado" ni "marginado". Pero durante el juicio se
argumentó que algunos de estos jóvenes estaban en el movimiento contra
la presencia de cuerpos policiales de Euskal Herria. Y este vínculo fue
letal...
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