Y con el número 155 se retira el independentismo y entran en su lugar los derechos civiles.
Sí, es que ahora la cosa ya no va de peligrosos indepes que quieren
votar y a los cuales se ha humillado, se ha insultado, se ha vejado, se
ha despreciado y se los ha encarcelado inventándose unos delitos que
nunca sucedieron, lo que ha formado parte de una estrategia de
invisibilización realizada en nombre de una forma totalitaria de
entender la unidad de España.
Sí, es que la cuestión ahora ya no son los indepes, sino hasta
dónde está dispuesto a llegar este Estado paralelo que actúa totalmente
fuera de control. Y, sobre todo y por encima de todo, ¿quién los parará?
Justamente en un momento en que la izquierda española está acojonada
después de la irrupción de Vox.
Dicen que los catalanes tenemos el síndrome del perro apaleado. Pero
la izquierda española también. La guerra civil de 1936 es un cadáver en
el mar. Y los cadáveres que están en el mar siempre acaban flotando.
¿Por qué el franquismo y el posterior franquismo sociológico no
quisieron desenterrar a los muertos de las cunetas de las carreteras?
Para que los vencidos recordaran siempre que habían perdido. El
franquismo sociológico, del que es heredero sanguíneo e ideológico el
actual Estado paralelo, solo entiende el "pormisgüebos".
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