He terminado de ver la segunda temporada de 'Downton Abbey', la serie británica del canal ITV que consiguió ser todo un fenómeno televisivo en su primera temporada y que en la segunda se ha confirmado como una de las series mejor valoradas por la crítica, los premios y el público. La última edición de los Globos de Oro ha reconocido su calidad con el premio a mejor miniserie, una categoría errónea en la que los premios internacionales insisten en incluirla, pero que deja patente el interés en la mejor serie de época del momento.
Las multitramas cruzadas. Si de algo puede presumir 'Downton Abbey' es de tener un complejo mapa de tramas perfectamente diseñado. Lejos del habitual "todos con todos" muy propio de los culebrones, la serie británica apuesta por una versión más madura de las relaciones amorosas y emocionales entre los distintos personajes. Tramas que se van desgranando poco a poco en los primeros capítulos y que preparan su apogeo para el final de temporada. Anna y Bates o Lady Mary y Matthew son los mejores ejemplos.
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