Al día siguiente de su triunfo electoral con mayoría absoluta en las
elecciones del noviembre de 2011, el gobierno puso en marcha sus dos
líneas fundamentales de acción con contundencia: 1ª) desmantelar el
Estado del bienestar, hacer pagar la crisis a las clases trabajadoras,
permitir mayor acumulación a la banca, reducir las pensiones de
jubilación, etc. 2ª) eliminar los derechos de todo tipo de la
ciudadanía, desde el derecho al aborto, hasta la libertad de expresión.
Del éxito obtenido en la primera línea dan fe las manifestaciones de
jubilados. Del de la segunda, este informe de Amnistía Internacional.
En lo referente a la libertad de expresión (y otrtos derechos
concomitantes, como manifestación, reunión, etc), la saña del gobierno
ha sido absoluta. De un lado, ha monopolizado el discurso público desde
el primer momento, poniendo los medios audiovisuales públicos a su
servicio incuestionable, como un verdadero aparato de propaganda y
valiéndose de las arbitrarias subvenciones para comprar a los medios
privados, singularmente los periódicos. Expresarse en estos medios en
este momento solo es posible a favor del gobierno y vociferando. Y así
como alienta y financia (sobre todo, financia, con dineros públicos) la
ideología de la derecha, que es una mezcla de neoliberalismo de amigotes
y nacionalcatolicismo, reprime con dureza toda manifestación contraria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario