Magnífica iniciativa la de Ómnium y la ANC. El nombre, un poble empresonat, está muy bien elegido. Los presos políticos independentistas (hay otros presos políticos en el Estado, pero lo son por otros motivos) son representantes populares o dirigentes de asociaciones legales. Al encarcelar a sus representantes, se encarcela a todo un pueblo. Y este lo hace notar y protesta por ello.
Quienes han encarcelado a los dos Jordis, Junqueras y Forn calcularon
que el hacerlo no ocasionaría actos, protestas, manifestaciones más allá
de algunas simbólicas y de breve duración. Unos días de jaleos y
protestas y, después, retorno a la normalidad de la vida cotidiana en la
que el recuerdo de los presos iría desvaneciéndose poco a poco.
Sin embargo, desde el inicio del encarcelamiento, no ha pasado día en
que, de una forma u otra, no se haya recordado a los presos o se les
hayan mandado mensajes de solidaridad y apoyo. Actos institucionales de
todo tipo, omnipresencia del amarillo por doquier, frecuencia de los
lazos de ese color, actos, manifestaciones, veladas, conciertos. Los
presos están permanentemente rodeados del afecto de la población..
No hay comentarios:
Publicar un comentario