lunes, 28 de octubre de 2013

HOTELES FARO

El faro de la isla francesa de Louët
Si tiene miedo a la oscuridad y necesita dormir con una luz encendida, quizá pernoctar en un faro sea una buena idea. Desde el estrecho de Gibraltar hasta el cabo Norte, en Noruega, pasando por las costas de las islas Británicas o Iranda, más de un centenar de estas singulares edificaciones ofrecen la posibilidad de alojarse en ellos. Aunque los faros continúan siendo señales marítimas en uso, muchos han sido rehabilitados y convertidos en coquetos hoteles, o destinados a otros usos complementarios como museos, estaciones meteorológicas o centros de investigación. Con frecuencia localizados en parajes aislados, al borde de impresionantes acantilados, o en alguna pequeña isla, son testigos privilegiados de espectaculares amaneceres y puestas de sol. Y si se aloja en uno de ellos no olvide visitar las poblaciones costeras cercanas, suelen ser lugares muy hospitalarios donde disfrutar del verdadero sabor marinero de la zona.
El faro de Neist Point, en la isla de Skye (Escocia)
En las costas de las islas Británicas también se puede disfrutar de parajes espectaculares. En Escocia, por ejemplo, son especialmente accidentadas porque abundan los brazos de mar profundos, los conocidos firths, o sea lochs, lagos de mar. En Inglaterra, Gales o Escocia, en las islas Shetland o en la de Wight, se encuentran casi medio centenar de faros desde donde poder contemplar el azul del mar de Irlanda o el verde del mar del Norte.

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