miércoles, 18 de abril de 2018

El exceso, doctrina de Estado


La situación actual puede leerse no como la del recorte progresivo de las libertades, sino como la del enésimo retorno de la doctrina del exceso que, como ha sucedido otras veces, se puede volver contra sus protagonistas. ¿No resulta exagerado, excesivo, incluso para los sectores más conservadores, al menos dentro del marco de lo que llamamos democracia, que se acuse de terrorismo a quien ha cortado una vía, ha roto un cajero o ha hecho un piquete, o a quienes se han peleado en un bar con unos guardias civiles? ¿Que se impute de sedición y rebelión a quien desde las instituciones ha promovido un referéndum que acabó en una independencia meramente virtual? ¿O de injurias a la Corona y al honor de algún "honorable" a quien rapeó "borbones cabrones" o escribió "Carrero campeón de salto"?
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